Todos los años los fanáticos de los autos tienen una cita obligada en Pebble Beach, California (Estados Unidos), para asistir a una exhibición denominada Concours d’Elegance (Concurso de la Elegancia). Allí se exponen y subastan todo tipo de vehículos.
En su edición 2014 la casa inglesa Bonhams remató un lote compuesto por varios modelos de Ferrari. La estrella fue una rara 250 GTO Berlinetta (chasis número 3851GT) que se vendió en 38 millones de dólares.
Esta cifra convirtió a este ejemplar en el auto más caro del mundo dejando en el segundo lugar al Mercedes-Benz W196R usado por Juan Manuel Fangio en la Fórmula 1, que en 2013 alcanzó los 30 millones de dólares.
Sin embargo, en aquella subasta de 2014 hubo otro auto fabricado en Maranello que también fue rematado y que resulta especial para los argentinos, una Ferrari 312T3 conducida por Carlos Alberto Reutemann en buena parte de la temporada 1978 de la F.1. Fue uno de los cinco chasis fabricados de la 312T3 que fueron usados tanto por el Lole como por el canadiense Gilles Villeneuve.
[sam_pro id=1_22 codes=”true”]Particularmente el chasis 033, que fue rematado en 2,3 millones de dólares, fue llevado a la victoria por Reutemann en el Gran Premio de Gran Bretaña en Brands Hatch. En aquella carrera el argentino largó octavo tras penar con el grip de los neumáticos Michelin.
Con compuestos nuevos traídos directamente desde Francia, la historia cambió el domingo. Lole fue ganando posiciones hasta llegar al segundo lugar y protagonizar una intensa batalla con el austríaco Niki Lauda (Brabham), a quien finalmente le ganó por poco más de un segundo. “Sin dudas, fue la mejor carrera de mi vida. No hubo tiempo para relajarse”, sostuvo Reutemann, quien terminó tercero en aquel torneo.
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