En los primeros años de la industria automotriz, los pocos autos que había en Gran Bretaña andaban presididos por un hombre con un bandera roja que anunciaba su paso a los atónitos transeúntes que se asombran de esos carruajes ruidosos que no eran tirados por caballos.
Luego de muchas quejas, en 1896 los propietarios de esos primeros vehículos consiguieron revertir la situación y para celebrarlo realizaron una competencia entre Londres y Brighton, distantes a 87 kilómetros. Con esa competencia comenzó la historia del automovilismo inglés y se le dio un gran impulsó a la fabricación de autos.
“Los propietarios y conductores deben recordar que los automóviles están siendo juzgados en Inglaterra y que cualquier imprudencia o descuido podría dañar la industria en este país”, advirtió la organización de la carrera, que se realizó el sábado 14 de noviembre entre el Metropole Hotel de Londres y el Metropole Hotel de Brighton.
La exhibición, que luego fue conocida como La Carrera de la Emancipación, tuvo un total de 58 anotados, aunque 25 de ellos se retiraron el día anterior. Según algunos reportes de la época finalmente fueron de la partida entre 13 y 14 coches.
La victoria quedó para el francés Léon Bollée sobre un triciclo construido por él mismo equipado con un motor monocilíndrico a petróleo de 3 hp de potencia. El vencedor empleó 3h44m35 segundos a un promedio de 22,381 km/h. Unos catorce minutos después llegó Camille Bollée, hermano del ganador, con un auto similar.
La Londres-Brighton tuvo una segunda edición en 1927 y desde entonces se ha realizado de manera periódica, siempre con autos del Siglo IXX, con el objetivo de homenajear a aquellos pioneros que festejaron a su manera no tener que andar con una persona agitando una bandera delante de sus autos.