Cuando una persona se sube a un auto 0 km por primera vez siempre se sorprende por el “olor a nuevo”. Esto no es algo casual ya que todas las marcas tienen equipos especiales que se dedican a buscar exclusivamente el olor neutro o “a nuevo” tan característico de los automóviles recién comprados.
Los especialistas se dedican a analizar todos los materiales no metálicos de un coche uno por uno y evalúa si los olores que desprenden son correctos y agradables. Entre las pruebas que se realizan está calentar el coche a más de 60 grados para luego entrar dentro de él y comprobar cómo huelen esos materiales porque con el calor se hace más fácil diferenciar los olores.
Siempre buscando que la experiencia al entrar en el automóvil sea lo más confortable posible, cuando alguno de los materiales huele demasiado fuerte se activa un protocolo para intentar substituirlo o buscar posibles soluciones.
De todos los materiales de un coche, existe uno que es singular: el tapizado, que siempre debe oler bien porque eso le da un plus de calidad al vehículo.
Este equipo de expertos tiene la nariz entrenada, pero para llevar a cabo esta tarea no debe perfumarse ni fumar con el fin de no distorsionar el resultado de las pruebas.
Este tipo de estudios, que se iniciaron a mediados de los años 90, han ido en aumento para asegurar en todos los coches ese olor tan característico que los usuarios identifican como “olor a nuevo”.