“La iniciativa es buena y todos están muy enchufados. Parece mentira que esto pase porque el automovilismo es una disciplina muy individualista, más allá de que el piloto tiene que estar apoyado por un equipo. Pero se ve que el accidente de Guillermo Castellanos (falleció trágicamente durante la final del TC en Comodoro Rivadavia el 22 de abril de 2007) nos pegó muy fuerte a todos”, dijo Henry Martin cuando se lo consultó sobre su opinión acerca de la flamante Unión Argentina de Pilotos.
Eran las 19.20 del jueves 5 de julio de 2007 cuando el sanjuanino hizo esa reflexión mientras viajaba por la Avenida General Paz hacia su casa. Minutos antes había sido uno de los asistentes a la primera reunión multitudinaria de la UAP.
Este encuentro se llevó a cabo en el autódromo de Buenos Aires, aprovechando la visita del Turismo Carretera al trazado capitalino. La agenda para ese jueves establecía una reunión con Oscar Aventin, presidente de la Asociación Corredores Turismo Carretera, que debió ser cancelada por un problema familiar del directivo…
“Ante esta situación optamos por juntarnos entre nosotros para aclarar los puntos que íbamos a tratar en este primer encuentro con el resto de los muchachos”, contó Ernesto Bessone, designado como presidente de la institución.
Aquella primera reunión del día se realizó en el motorhome de José Ciantini, tesorero de la UAP. Comenzó pasadas las 17 y se extendió por 40 minutos. Además del Bocha y Tito estuvieron presentes los vicepresidentes Marcos Di Palma y Guillermo Ortelli, el secretario Juan Manuel Silva, y otros miembros activos de la institución como Rubén Salerno, Oscar Fineschi, Martin, REX, Gustavo Fontana y Sergio Guarnaccia.
Una vez finalizado el meeting, todos partieron raudos hacia la sala de prensa del escenario porteño donde más de cuarenta pilotos aguardaban para saber más de la Unión. “Uno de nuestros objetivos es dignificar nuestra labor”, se escuchó de boca de Bessone antes de que la puerta de la sala se cerrara y dejara a los pilotos en la intimidad.
“Fue una charla meramente informativa. Aprovechamos para darles a conocer a los pilotos del TC Pista y algunos del TC cuál es el objetivo de la UAP. Desde ya les aclaramos que no se trata de una asociación de fuerza, sino que es una entidad que tiene como principal objetivo ayudar al bienestar del automovilismo”, afirmó Julio Catalán Magni, uno de los pilotos que apoyaron la iniciativa desde sus inicios.
El Pingüino también adelantó que dentro de los puntos establecidos por la institución estaba contener a las familias de aquellos pilotos que se hayan sido protagonistas de accidentes.
En la reunión también se habló del rediseño de las chicanas de Rafaela y de una serie de inquietudes que pensaban elevar a la Comisión Directiva de la ACTC. Entre esos puntos estaban el aumento de los premios y mejores viáticos para las carreras que superen los 600 kilómetros de distancia.
La UAP arrancó con fuerza, pero no duró mucho. La ACTC se sintió presionada y no aceptó ninguno de los puntos propuestos, principalmente aquellos relacionados con los ajustes económicos que exigían los pilotos.
“Estaba leyendo una serie de quince puntos, pero al quinto Aventin me detuvo y me dijo que la ACTC no reconocía a la Unión Argentina de Pilotos”, contó Bessone sobre aquel primera entrevista oficial entre la UAP y la entidad teceista.
La visión del Puma fue diferente: “Los tuve que interrumpir porque estaban usando términos muy fuertes. Eran demandas muy precisas. Estando en la ACTC, la casa de los corredores para el diálogo abierto, creímos que esa actitud era improcedente”.
“Es posible que ellos (por los integrantes de la UAP) tengan preocupaciones por el tema económico. A lo mejor algunas son legítimas, pero otras vislumbramos que no lo son. Creemos que quieren salir de los carriles normales de la institución y deberían conversarlo”, dijo luego.
Y luego el Puma aclaró: “Los pilotos del TC tienen las puertas abiertas, todos los derechos y pueden reclamar todo, pero tienen una sola obligación irrenunciable, cuidar y proceder como corresponde a los principios elementales de la ACTC”.
Al momento de profundizar en la postura de la UAP, Bessone aclaró que los pilotos “no estaba en contra de la dirigencia y tampoco tenía objeciones con respecto a su gestión… Se pudo llegar a interpretar que la Unión nació con segundas intenciones, pero no las tenía”.
La cuestión es que el tiempo pasó y la UAP, que había nacido con mucha fuerza y buenas intenciones, se desvaneció a las pocas semanas. Una lástima.
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